Una misión clara se concretó 1º de ESO al comienzo de curso: hay que llegar a los 22 socios antes de Semana Santa. La meta parecía exigente –entonces eran 16-, pero la recompensa merecía la pena: una guerra de paintball. Fue tal la motivación de los socios de nivel que se pusieron manos a la obra y consiguieron el objetivo prácticamente sobre la bocina.

Así pues, el fin de semana pasado se hizo efectiva la promesa. Cargamos el equipo de paintball –cortesía de la familia Poole- en los coches y nos fuimos a Cotos de Monterrey a la casa de los Clavería. Después del primer baño de la temporada, empezó la tan esperada contienda.

El escenario era inmejorable: un molino, una casa en ruinas, trincheras… Comenzamos con un par de rondas de conquistar la base contraria. En la primera, el equipo de Senegal cubrió el molino con éxito a pesar de que sufrió bastantes bajas. Especialmente dolorosas fueron las de Miñi y Jaime. Pero el trabajo en la retaguardia de Santi C. y los Nachos frenó las embestidas de Argentina.

En la segunda ronda, le tocó el turno de defender el molino a Argentina, y otra vez volvieron a perder. Fue por culpa de Luis de L., que burló a todas las defensas y con un 100% de acierto en el tiro conquistó el molino. La puntería de Luis R. y de Charles no sirvió para nada.

El juego del francotirador acabó en tablas. Nadie consiguió acabar con ellos: Nacho I. por parte de Senegal y Charles de Argentina. David C. lo intentó con gran empeño, al igual que Ignacio B. y Javi O. pero los esfuerzos resultaron inútiles.

Al acabar la contienda, todavía había tiempo para jugar en la piscina y tener una prueba de puntería con latas donde otra vez ganó Senegal gracias a dos aciertos de Luis de L. y uno de Pepo, que neutralizaron en tanto de Luis R.