Sobre nuestras vitrinas, poco que llevarnos a la boca. Los hombres del cine nos han sacado de pobres con el Premio al Mejor Guión del Festival de Cortos (cinematográficos) de Fátima. Nunca volveremos de vacío de aquella tierra, entre otras cosas, porque sólo con pisar la Capelinha cada uno se vuelve con los bolsillos llenos.

Fútbol. Bien. No éramos las estrellas. Subcampeones del torneo B tras perder la final por un mísero penalti. La suerte. Sobre el césped de aquéllas tierras portuguesas quedan la seguridad de Gonzalo. El estratego de Gabi. La muralla de Ignacio. Y algún que otro deslumbre de Álvaro C., Santi B., Saso, Ángel… Y Arvi, el de la felpa rosa. Cantaor.

Del segundo equipo, ídem. Más goles en nuestra portería. Mucho coraje.

Baloncesto. Ejem. Teníamos un equipazo de grandes hombres, pero el campeonato no era sólo para buenas personas… Sin duda, conquistamos a los árbitros, a los contrincantes y a las gradas, porque lo dimos todo. Eso era todo lo que teníamos. Jorge G: un páncer. Jaime M: las bandas eran cortas. Juan Carlos G: el estilo basket. Jorge S: la sonrisa de la pista, el tesón, el no hay nada imposible. Ignacio Á: el hijo pródigo del baloncesto…

Fútbol sala: sangres, sudor, pero ni una lágrima. Hubo derroche de talento y de genio sobre la pista. Defender los colores del Jara no es poca responsabilidad. Y aunque también nos llevamos el triplete en blanco, hombres enteros en el parket. Juan H. en la portería. Bien. Santi B. aquí y allí. Bien. Jorge G. y su poderío físico, bien. Gonzalo I., fuerte y seguro. Bien. Gabriel M. y su clase, bien. Y así, todos.

Y aunque las vitrinas deportivas estén ahora sin novedades de latón, ¿qué más da? Seamos objetivos. No éramos buenos equipos. Pero éramos un equipazo. Los que han estado entienden esta paradoja. Si Fátima nunca defrauda, no te quiero ni contar lo que pasa cuando encima hace sol, y los del Jara somos una piña.

Capelinha. Ratos de tú a tú con la Virgen de Fátima. Ambiente de aquí estuvo Ella, y se nota. Paseítos. Botas de fútbol. Meriendas en el Apolo. El gofre y sus posibilidades. Torneo. Gradas. Oficios. Chaqueta. Corbata. Y chanclas de playa. Visitas a niños enfermos. Risas. Comidas intensas para arreglar el mundo. Premios. Cine. Pantallas grandes. Moquetas. Carreras sobre la moqueta de la tercera planta del Domus Pacis. Tres estrellas en la fachada. Cinco estrellas en nuestro escudo. Planazo nivel el año que viene repito seguro, seguro.

Las fotos hablan bastante bien. Lo dicho. El año que viene, no te quedes en Madrid con tu percha. No compensa perderse nunca estos momentos de Jara en estado puro…