En el avión, a mi derecha, se sentaba un francés estudiante de español, que hablaba nuestra lengua mejor que yo; y un vendedor de patatas de Cuéllar, que se iba a la Feria de la Patata de Amiens. Así empieza la escena. Los dos eran muy simpaticos ambos, la verdad, así que no tuve mucho problema para conversar. El francés me dio gratis una clase del idioma autóctono intensiva: me empezó a decir frases tipicas, y en el momento en el que quiso enseñarme frases para ligar, yo le enseñé el anillo para entrar en materia. Empezamos entonces una conversacion en la que le expliqué a grandes trazos el Opus Dei, del que tenía pocas referencias. Él no es de París, y probablemente no volveré a verle, pero me dijo que entraria en la web de la Obra (www.opusdei.es) y se informaría más.
 
Llegue a Beauvais («bubó», según los de aquí) y me tomé un bus hacia la capital francesa, que estaba a 80 kilómetros, uno detrás del otro. De camino a la estacion de autobuses a Lourmel, mapa en mano, pasé por el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel, y me hice las primeras fotos de rigor. 
Aterricé en el centro en el que viviré estos meses a la hora de cenar y sólo había cuatro residentes, de los cuales 3 hablaban español, así que, tras evaluar mis primeros intentos para poner en práctica las lecciones de mi amigo el del avión, decidieron que en mi primer día la tertulia de después de cenar sería en castellano. 
La verdad es que esta experiencia es una pasada. Somos catorce viviendo en este centro de universitarios, todos, más o menos, de mi edad, salvo los dos sacerdotes, el director y el subdirector. La casa son cuatro pisos y un sótano, y está a 10 minutos al sur de la Torre Eiffel, que se ve desde mi habitación. París es increíble: enorme y grandiosa, con cientos de edificios enormes y espectacularmente elegantes… como Madrid, pero a otra escala… Ayer recorrí todos los sitios importantes de la ciudad con uno de los que vive conmigo. Os adjunto unas fotos de algunos de los lugares más famosos.

En el centro nos levantamos a las 05:50, comemos a las 12:30, se cena a las 20:00 y a las 22:00 ya estamos todos durmiendo. Me parece un gran horario. 

Primer día de clases
Hoy ha sido mi primer día de clase. Somos unos cien, y hay gente de todos los continentes. En su jornada inaugural, la universidad invitaba a los que quisieran a montar en «los vaporeuses de la Sienne». Yo, por supuesto, fui con unos amigos. Noto que mi francés va mejorando répidamente, soy capaz de seguir las clases, aunque con alguna dificultad, y buena parte de las conversaciones, aunque poco a poco iré aprendiendo de verdad. En casa es sorprendente lo fácil que me lo ponen para que les entienda y para enseñarme.
Tardo 25 minutos andando desde casa hasta la universidad, pero creo q voy a apuntarme a las bicis-ciudad, que aquí funcionan muy bien y es muy barato. ¡Tiembla, Hollande!
Os volveré a escribir cuando haya más cosas dignas de contar. Ya siento si se me ha traspapelado alguna falta de ortografía, pero aquí el teclado es otro mundo.

Salutations a todos los miticos. Me acuerdo de todos… también de los lectores de la web…

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