Todo estaba a punto. Los equipos, la afición, el terreno de juego. Por fin, un año más, el Mundialito vuelve al Jara Club. En una jornada emocionante hasta decir basta, los equipos lo dieron todo por sus colores.

El primer enfrentamiento, España-Argentina, fue de poder a poder. Ante la ausencia de su capitán, los “pibes” tuvieron que sustituirlo por el enorme Pepe Torres. La aportación de Miguel Bernedo y Álvaro Beltrán fue clave, pues con sus dos goles cada uno llevaron a la albiceleste a la victoria. España, la Furia, nunca se rindió. Mucha calidad en las botas de Carlos Torquemada pero parece que le traicionó su genio. Saso se aplicó con dureza, por ser generosos, y Guille Álvarez cuajó un inmenso partido. El fútbol puede estar satisfecho.

China-Canadá no fue un partido de fútbol cualquiera, fue un auténtico canto a la belleza del deporte. La victoria se la llevó Canadá por un ajustado 2 a 1. Sin embargo, China lo dio todo y, de no ser por un árbitro un tanto casero, hubiera podido hacer algo más. Sencillamente inigualables los regates de Gabi Martínez y Alex Hitos. También inigualables las apariciones de Diego Pérez y Fer Durbán por el terreno de juego. Juan Herraiz hizo un partido muy serio aunque se le vio con exceso de peso tras su larga lesión de omoplato. Por Canadá, hay que destacar el partidazo de Marcos Poole y Miguel Clavería, muy sobrios en defensa.

Para acabar pudimos ver un gran espectáculo. Aunque el marcador no lo refleje, ocho a cuatro, Irlanda puso el miedo en el cuerpo a Senegal, la que todos consideran como principal favorita. Jaime Fuster y Fer Dusmet con sus tres goles son los pichichis del campeonato y una referencia para su equipo. Muy bien Juan Cuq colándose por las piernas de Rafa. Diego Gil Casares tampoco estuvo nada mal aunque debe recuperar ese sprint que le hizo famoso en la temporada del triplete. Esto acaba de comenzar… abróchense los cinturones.

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