Cualquiera diría que éramos un grupo de aficionados del Betis que iban al estadio a animar a su equipo. Pero no porque estuviéramos en Gandía, sino porque José Albarrán emocionó a todos los de sexto con el himno de su equipo sevillano (digo esto porque es del Real Madrid hasta la médula).
Fue una alegría que viniese con nosotros Santi P, cuyo padre ya se encuentra mucho mejor.
No se recordaba en los anales del Jara una convivencia tan numerosa de un solo curso. En total íbamos 17 personas, 14 chavales más tres mayores. Llegamos a Valencia justo a media tarde para recoger las llaves de la casa y jugar un partido de fútbol contra un club de allí.
Sobre esto no merece más comentarios, ya que el cansancio del viaje fue patente en cada minuto y jugada del partido. Alex R fue nuestra referencia tanto en ataque como en defensa, al igual que Jaime Y, Rafa C y Javi A soportaron todo el peso del partido bajo los tres palos con algunas paradas realmente increíbles.
Al terminar fuimos al parque Guliver, donde Carlos P disfrutó especialmente en los enormes toboganes. Pablo P y Guille O también demostraron sus habilidades. Ramón B entró en un bar para preguntar cómo se iba al puerto y salió con tres botellas de agua helada que le regalaron al preguntar si podíamos usar el baño para beber un poco de agua. Increíble. Para Il de G fue un momento importante, ya que abandonó la muñequera que llevaba desde hacía un tiempo.
Por la noche llegamos al club de Gandía en una zona bastante céntrica de la ciudad. José Albarrán se hizo fuerte en la cocina y gracias a las pizzas y otros productos que llevábamos cenamos aquella noche. Después película, Star Wars, que Pablo P afirmó haberla visto por lo menos 10 veces.
El sábado por la mañana fuimos a misa a la plaza “mayor” de Gandía, y después estudio. Por si hubiera algún/a escéptico/a, todos estudiaron dos horas intensas. Para comer aprovechamos la pasta que llevaba Javier C e hicimos unos espaguetis “by mamá de José Albarrán” que le daba instruciones telefónica.
Por la llegó el plan que todos esperábamos: la playa. El día era perfecto, no había casi nadie y el agua estaba a muy buena temperatura. Santi P, que venía a su primer plan, se convirtió en el auténtico hombre submarino.
El vóley-playa no levantó tanta pasión como se esperaba, pero aun así nos dio para un buen partidito, en el que Ángel G dejó destellos de calidad. También hubo partido de fútbol y Gonzalo H fue “enterrado” en un 95% de su cuerpo. Patrick E se hizo fuerte en la estructura de lianas que había.
Regreso, ducha, cena y nos fuimos a tomar un helado del burguer por las calles de Gandía). A continuación fuimos a la “plaza mayor” donde asistimos al increíble espectáculo de un faquir escupiendo fuego. En el juego de la “liebre”, destacó especialmente Javi L. Camuflándose entre la gente lograba no ser casi nunca cogido. Vuelta a la casa, película y a dormir.
El domingo el plan fue desayuno, recogida y misa. Fin de una convivencia increíble que esperamos repetir en cuanto tengamos oportunidad.
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