«Jugosa y divertida». Esto piensa todo niño que viene entusiasmado a la mítica fiesta del Escorpión hasta que le obligan a atravesar una serie de pruebas custodiadas por terribles monstruos…
Todo comienza con un emisario de Drácula que les anuncia lo que han de hacer para pertenecer a la orden del Escorpión. Muy grunch todo, pero divertido.
Después de merendar vimos Los Goonies… una película que nos ponía en tensión antes de entrar a los platos fuertes. Aperitivo.
Después, cinco retos: sacar un tesoro de la jaula de la serpiente, atravesar el túnel del terror, apagar la tele sin despertar al monstruo, engañar a unos zombies locos y adentrarse en un cementerio… Gritos, sustos y máscaras horribles consiguieron que hasta los más no-sabes-con-quién-estás-hablando entrarán en pánico entre la oscuridad, sus luces negras, sus humos y sus velas. Muy guay.
El Escorpión marca. Deja huela. Percute. El aguijón está dentro. Los chavales quieren más. Habrá que esperar a 2020…