El sábado pasado el JARA se transformó en la sede de la Real Orden del Escorpión. Retrocedimos en el tiempo y llegaron al viejo castillo medieval decenas y decenas de caballeros dispuestos a ser nombrados miembros de la Orden. ¿El requisito? Salir vivos del castillo.
Todo el mundo empezó en el garaje, esperando por turnos que les llegara la hora de adentrarse en el castillo, donde no sólo el miedo les aguardaba. Poco a poco, la gente iba entrando, como por goteo. En la puerta les recibía el mayordomo del castillo, Lord Burlington, y les adentraba en los misteriosos rincones de la casa, explicándoles que para ser nombrados miembros de la Orden tenían que pasar por una serie de pruebas a lo largo de un tenebroso recorrido. Dentro había todo tipo de pruebas: apagar una televisión a oscuras, o un grifo encendido entre la pared y un cadáver yacente, adivinar unos acertijos en la Sala del Chamán, encontrar una serie de objetos, realizar recorridos resistiendo la tensión y los sustos de los habitantes momificados del castillo de la Orden del Escorpión…La trama de la “fiesta del Escorpión” se desenvolvió entera en un clima tenue, misterioso, tenso y oscuro. Lo más difícil no era superar las distintas pruebas para ser nombrado caballero de la Orden del Escorpión, sino resistir a los continuos sustos y momentos de tensión que procuraban ofrecer a sus huéspedes los habitantes del castillo.
Desde el primer momento, reinó en el JARA gran trepidación, miedo y adrenalina… Hubo además todo tipo de reacciones: gente que no se atrevió a entrar en la casa, gente que no pasó la primera prueba, otros que consiguieron resolver todos los enigmas y retos que les proponían los inquilinos del castillo… Hubo incluso algunos que consiguieron superar todas las pruebas satisfactoriamente y fueron nombrados miembros de la Orden.
En las pocas fotos del artículo mostramos un numeroso grupo de primero de la ESO que se sumó a la fiesta (casi 30), momentos en los que los preceptores acaban de hacer los preparativos, instantes antes e instantes después… y algunas instantáneas de los momentos esperados, de los momentos más grandes: los “momentos de susto”.
Acabamos la crónica diciendo que la fiesta salió fenomenal, con más de 60 participantes entre 5º de Primaria y  1º de la ESO… Y, claro, cómo no, todos los mayores y preceptores del JARA que se implicaron en la preparación, logística y montaje de la fiesta.
Agradecemos a todos ellos su sacrificada colaboración, con la que incondicionalmente siempre contamos… y sin la cuál las míticas fiestas del JARA no podrían salir adelante… ¡ni salir tan bien!
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