La casita de pescadores de Puçol ha causado furor entre los de quinto. Esta vez con mejor temperatura y con más gente repetimos el plan de disfrute del puente de la Inmaculada. Allí celebramos dos cumpleaños: el de Pablo O. y el de Gonzalo Calvar. Ambos trajeron chuches en abundancia para festejar los 11 añitos.
La navaja de Juan nos fue muy útil en grandes comidas, con paella valenciana incluida, que tuvimos. Los conocimientos de Manuel en el manejo del 4’20 fueron imprescindibles cuando salimos a navegar. Lucas y Jesús demostraron que es posible volar una cometa con o sin viento. A Íñigo y Jorge les faltó tiempo para empezar a meter goles en el partido de fútbol playa. Fernando y Gonzalo enseñaron a más de uno grandes trucos con las palas. En el Vóley Pablo O. casi se queda sin contrincantes.
No sólo playa sino también un poco de ciudad. A Valencia fuimos al parque de Gulliver con ayuda de los GPS que consiguieron que pudiésemos ver la ciudad a base de perdernos.
Como se ve en esta convivencia lo único que faltó fue tiempo para seguir disfrutando.
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