Valdelugueros. León. Ocho días se quedan cortos cuando uno disfruta demasiado, y es que a los más pequeños del club, ocho días se les pasaron volando. Y no es para menos: deporte, ceporretes, juegos, Mundial de fútbol y un largo etcétera que muchos recuerdan con gran alegría.

Valdelugueros. León. Ocho días se quedan cortos cuando uno disfruta demasiado, y es que a los más pequeños del club, ocho días se les pasaron volando. Y no es para menos: deporte, ceporretes, juegos, Mundial de fútbol y un largo etcétera que muchos recuerdan con gran alegría.

Las mañanas estaban copadas por el deporte, el río y el “solarium”. La competición deportiva, la ganaron en la última jornada los de la “La Roja Forever” de 5º de Primaria. Entre otros deportes jugamos al kickball, al volleyball, al balón prisionero y por supuesto al fútbol. El río, como siempre, fue escenario de grandes gestas como la construcción de una presa para subir el nivel del río o el concurso de planchazos, que nuevamente volvió a batir récords.

Por las tardes, el pistoletazo de salida lo daba el ceporrete, que por cierto, no se decidió hasta el último día. Los de la tribu de Alex, “Los Mindundis”, arrasaron desde el primer día, pese al vano intento de la otra tribu de los de 1º de la ESO. El ceporrete parecía que se lo iban a llevar “Las Vuvuzelas Locas” de Gonzalo, pero salieron rápido del “hoyo”. Por él pasaron “La Roja for ever”, “Jabulanis” y “Appalossa”, las tres tribus de 5º de Primaria. Pero en la última jornada, se ayudaron en un gesto fraternal, y les dejaron el puesto a la otra tribu de cuarto, “Los Jackson Four”.

Los juegos de tarde volvieron a dar la talla. Algunos como la fuga de Alcatraz o las Pruebas Swat fueron los más esperados, aunque otros como Robin Hood, Las Banderas o el Tesoro no defraudaron. Eso sí, nada ni nadie compite con los juegos de noche. Y es que no hay rival cuando se trata de ser parte de un comando especial, o un contrabandista, o un soldado de Montgomery, o un cazador de avutardas o incluso un buscador de ovni´s. Eran frecuentes las preguntas: ¿Qué juego toca hoy?, ¿Hace falta linterna?, etc.

Por supuesto, no faltó una dosis de mundial, y vimos los dos partidos de España en pantallón. Las caras de tensión reflejaban la importancia del momento.

Como siempre, todo lo bueno se acaba. Alguno tildó de “genial” lo vivido, otro de “divertido”, pero todos concluyeron en lo mismo: “increíble, el año que viene repito!!

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