Los de Quinto, después de una merecida remontada en el partido de La Chopera por la mañana, fuimos al parque Juan Carlos I a demostrar lo mucho que valemos.
Llegamos sobre las dos, nos calzamos los patines – en el caso de Jesús Almoguera y Nicolás Matji el «wave» – , y atravesamos el parque hasta la «pirámide». Después de una merecida comida en la cúspide de la pirámide, dimos paso a una sesión de croquetas, bastante conocidas y experimentadas en este nivel.
La velocidad de algunos como Gabi Arbáizar o Ignacio Bernedo para bajar, rozó la velocidad de la luz. Las volteretas de otros, véase Jorge Otero o Gonzalo Dusmet, se asemejaban a los giros de una peonza. Eso sí, los pantalones de todos quedaron verdes para alegría de las madres.
Cuando ya nadie se sostenía en pie por el mareo, decidimos calzarnos de nuevo los patines y recorrer la otra mitad del parque en busca de la pista de patinaje. Una vez encontrada, jugamos a un pilla-pilla. Aquí se vio el manejo de los patines de algunos como Jorge Gago, cuyos quiebros rompieron a más de una cintura.
Son dignas de mención las tortas de Jesús del Amo y Andrés Pampillón, que en algún caso rozaron la tragedia… La tarde terminó con una nueva patinada hacia las torres de cuerdas. La destreza de Marcos Poole alucinó a unos desconocidos hasta el punto de que le asemejaron al mismísimo Spiderman.
Cuando ya nadie podía más, decidimos poner rumbo a casa. La conclusión era unánime: ¡¡Este plan hay que repetirlo!!
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