Lunes, 12 de diciembre. Fiesta de la Virgen de Guadalupe. Roma. Mons. Javier Echevarría lleva ingresado casi una semana en el Campus Biomédico con una afección respiratoria. Y hoy, a las 21.10, nos han comunicado la triste noticia: el Padre ha muerto.
Desconcierto. Pena. ¡Día de la Virgen de Guadalupe! Estamos huérfanos, pero muy agradecidos, y con la seguridad de que tenemos otro gran intercesor en el Cielo, junto a sus predecesores al frente del Opus Dei, san Josemaría, y el beato Álvaro del Portillo.
En el Jara rezamos desde ese momento por su alma, aunque hay una paz en el ambiente que es señal de que hay alegría en el Cielo.
Durante los últimos 22 años de historia del Jara, Mons. Javier Echevarría ha estado muy pendiente de todas las familias de este club, los chavales que venían por aquí, y los residentes de la casa. Teníamos siempre la seguridad de que rezaba por nuestras intenciones y por los frutos de esta obra corporativa del Opus Dei marcada para siempre en la historia de la Obra.
Seguiremos rezando, dando gracias a Dios por su ejemplo, y aprendiendo de su constante estímulo para tomarnos en serio la vida cristiana.
En estos días nos han llegado pésames de muchas familias del club, y de muchos socios y antiguos socios. Muchas gracias. Unidos es más fácil sobrellevar la pena y aprovechar la paradójica alegría que da saber que el Padre está en el Cielo con los deberes hechos.