Este año el Jara ha vuelto al UNIV: la convivencia de todas las convivencias. El Papa. Roma. Una goia Pascuale de las buenas.

El viernes 11 de abril partimos desde Tajamar un equipazo: Miguel de W., Álvaro G., Nacho M., Gonzalo S., Luis W., Mario M. y Álvaro S. Incluso las treintaytantas horas de bus de ida y de vuelta se nos han hecho más o menos fáciles, porque todo han sido episodios épicos de una aventura que recordaremos durante toda nuestra vida.

El sábado por la mañana aterrizamos -en el bus- en Florencia. Santa María de las Flores. Uficci. Arte. Gracia. Italia. Adoquines. Por la tarde ya estábamos en Roma, y pudimos ver por primera vez a dos de nuestros corresponsales en la Ciudad Eterna: Álex Baños y Pablo García, que se han volcado con nosotros estos días.

El domingo por la mañana llegamos a la Plaza de San Pedro durante la Misa de la Domenica Della Palme, y pudimos ver al Papa muy de cerca por primera vez. Dos metros, Tres metros. Cuatro metros. Las versiones difieren según los protagonistas. Pero cerca. Bastante cerca. Y cuando se está físicamente cerca del Papa te das cuenta de que es muy feliz y que necesita mucho nuestras oraciones. Ese propósito nos lo hemos traído todos.

Por la tarde empezamos los primeros tanteos por la ciudad. Avenida de la Conciliazione. Castell de Sant Angelo. Palacio de Justicia. Piazza Navona. Piazza Colonna, capital de la comida de cada día… Llegamos rendidos, pero muy contentos.

El lunes descubrimos al mejor guía de Roma: el Tio Luis. Tio de Mario… y de todos… Y entonces descubrimos con él los rincones más fotogénicos de Roma, desde el Quirinale, hasta los Foros, pasando por el Palacio Farnese con su Galería Spada camino de San Girolamo de la Caritá. Rendidos, pero más contentos. Por la noche, tras la cena, tuvimos una tertulia muy especial con un amigo íntimo del Papa llena de anécdotas que nos han hecho volver de Roma más amigos también del Papa Francisco. Cariño. Oración.

El martes participamos en el Foro UNIV, el congreso en el que participaban unos 4.000 universitarios de todo el mundo. Y allí estábamos los del Jara con nuestra ponencia auidovisual sobre el uso humano de las redes sociales. Pasamos a la fase final y ahí se quedó la cosa. Bastante bien para ser nuestra primera vez. Y volvimos rendidos a casa, pero con ganas ya de quedarnos allí casi para siempre. Enganchados a Roma.

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El miércoles fue día completo. Por la mañana volvimos a estar con el Papa en la Audiencia General de la Plaza de San Pedro. Le vimos más cerca todavía. Y le escuchamos con mucha atención. Papa cercano. Papa amigo. Por la tarde estuvimos en Cavabianca en una tertulia con el Padre: Mons. Javier Echevarría. 45 minutos muy cortos para todos. Nos encantó su espíritu joven, animante, con coraje. Removidos. La guinda la pusimos viendo la Final de la Copa del Rey. Roma es todo a la vez. Humana y divina. Eterna. Grande.
El jueves hicimos recorrido insólito por la ciudad de la mano del Tio Luis. Giannicolo arriba. Trastevere. Barrio judío. Il Gesú. Y comida. Después, aceleramos de nuevo. En una hora, al trote, Piazza Spagna, Piazza del Popolo, Pincho, Villa Borguese… Nos habían reservado un hueco a los del Jara en los Oficios del Jueves Santo en Villa Tevere con el Padre. Increíble. Además, Gonzalo y Álvaro pudieron saludarle unos segundos. Y tras los Oficios, cena por Roma. De noche. Arte. Luces. Espectáculo. Y sí, aterrizamos rendidos pero muy muy contentos en nuestra casa romana: el Divino Amore, que así se llama nuestro alojamiento.
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El viernes santo hicimos una ruta pegados a la Pasión: Santa Croce in Gerusalemme, Scala Santa, San Juan de Letrán, Santa María Maggiore, San Pablo Extramuros… Y después, Oficios solemnes espectaculares en Santa María Sopra Minerva. Ayuno. Abstinencia. Rendidos. Y felices.
El sábado fue el día de la lluvia. Llanto en roma. Gris. Por la mañana volvimos a estar todos de tertulia con el Padre. Una vez más, encantados. A la vuelta pasamos por Campo di Fiori antes de la comida. Por la tarde, paseos por nuestra zona romana por excelencia (Pantheon, Piazza Spagna…) y después de una merienda XXL, fuimos a la Vigilia Pascual en María Sopra Minerva, donde asistimos a una ceremonia inolvidable, con dos bautizos de adultos (un finés y un keniano, incluidos). Las maravillas del UNIV. Con cara. En blanco y negro. Después nos fuimos a celebrar la Bona Pascua a un bar-pizzería entre la lluvia a cántaros de la mano del Tio Luis. Dia diez. Cansados. Mojados. Pero felices. La goia totale.
El domingo de Resurrección era nuestro último día en Roma. Estuvimos con el Papa en San Pedro y recibimos la Urbi et Orbe. Después de comer, mientras nos despedíamos de las calles que nos habían acompañado durante esta Semana Santa, tuvimos un festival internacional en Cavabianca entre indios, rusos, coreanos, kenianos… y otros estudiantes de 51 países de todo el mundo. Ambientazo. Música. Risas. Incredibile. Credere si possumus.
Y de vuelta a casa. Treintaytantas horas de vuelta. Cansados. Pero con muchas ganas de volver. El Jara tiene que estar siempre presente en el UNIV. Ahora estamos mascando lo vivido. Estamos tan contentos, que esto del UNIV nos va a durar a todos mucho más que la Pascua. Te lo digo yo.

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