Salida de Madrid, motivación absoluta: el Jara va a por todas. Nada puede salir mal: juegos, material, socios… La única duda, la inestabilidad atmosférica que en otras ocasiones ha acompañado. Primera tarde, despejado: tarde de juegos: el Jara pierde el Pañuelo con Balón por la mínima: “El 17 soy yo” Javier Ortiz, Luis de La Rubia, David Cantón y Tito Estrada a la Vez. “Si llego a tirar con la zurda, lo marco seguro” Juan Torres, atornillando la zurda para el próximo partido… pero nuestros muchachos reaccionan aplastando a todos sus contrincantes en una alianza del carisma con Altamira en el juego de las Banderas: “era muy fácil, primero le quitabas la gorra y después corrías” (Santi Valenzuela, tras un juego hecho para él), “ha sido una batalla como las de las guerras púnicas entre Cartagineses y Romanos” (Antonio Fernández de Mesa utilizando su mejor herramienta). Noche despejada y la cosa marcha: en la caza de las Avutardas, la cosecha se deja ver a la mañana siguiente: el Jara domina la clasificación de los Juegos y la euforia se nota en los deportes: Carlos Gabás y sus chavales comienzan a ganarlo todo… hasta las semifinales en el Water Voley Ball: “Es la primera vez que me dejan jugar de delantero” Rafa Calderón en medio del charco. “Swatt, Swatt” Santi Bernedo, bajo la lluvia, haciendo flexiones y fondos, preparando los Swatt. “Lo nuestro es el Hockey” Carlos Poole, entusiasmado tras la conquista del tercer puesto en la clasificación. En la caza de los duendes vocálicos, no logramos el mismo resultado, y tras una aplastante victoria en el Romel contra Montgómeri, nos quedamos con el empate por una maniobra de la ONU que ni siquiera las ingenieriles artimañas de Pablo Romel Ruiz o de Ildefonso Bandera Guzmán pudieron remediar. La tarde del Tietar Street es la más despejada de todo el campamento… hasta que empezamos a subir las cosas al bus. Desde el juego de la bolsa no deja de llover en todo el campamento, pero nadie deja de sonreír: está siendo una pasada de campamento y a pesar de quedar segundos por 1000 Rancios (el original billete del campamento) en ese juego, el Jara encabeza la clasificación de disfrutar a tope con Guille Martínez, Álvaro Dusmet y Craken Jáuregui a la cabeza.

Noche de comandos, con una consigna feliz para marcar el paso “Pri-viat” traducido como “Ho-la” y de esta manera, dando la bienvenida a todos los comandos, que detonaron la información capturada a la hora señalada… pero el Jara empieza a perder ritmo en los juegos y los Serebabúes nos toman la delantera. Al final el Jara ganará el Ceporrete con la tribu de los Cuernotrayamones… pero los Terroristas quedarán Ceporretes… pero queda mucho campamento. En la Berbena, los trucos de Patrick Endsjo para conseguir miles de Rancios con su prueba de las piedras permiten ganar mucho dinero a los de su tribu, que por otro lado se dedican a derrocharlo en las apuestas de los puestos organizados por otros clubes: “solo necesito 5.000 Rancios”. Alfonso Ros y Pedro Herrera, desatando una potencial ludopatía, encontraron el truco en alguna prueba que no estaba del todo lograda y junto con Guille Ortiz ganaron miles de rancios… que fueron a parar a la glucosa, de la que dieron buena cuenta al final del campamento: sapos, partido de España, inolvidables pruebas Swatt: “Yo este verano quiero ser Swatt, llueva, nieve o arda Valdelugueros” (Jacobo Hernández, dispuesto a darlo todo en el próximo campamento). Y de vuelta a casa, después de unos días inolvidables donde celebramos entre otras cosas el cumpleaños de Rafa Calderón y el nacimiento de Álvaro Ortiz.

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