Empezar el curso con el planazo de Sevilla es empezar esprintando. Este fin de semana, 26 privilegiados del Jara hemos tenido la ocasión de asistir a la primera Misa solemne de D. Mariano, y nos hemos encontrado con una sorpresa de convivencia que dará mucho que hablar durante todo el curso.

El viernes salimos tres furgonetas desde Menéndez Pidal, 35 con destino a Córdoba, donde pasaríamos la primera noche. Atentos al grupo, porque en la completa variedad de sus protagonistas está parte del éxito de este fin de semana «épico» -según Mario M- en tierras andaluzas: José Antonio V., Cristóbal M., Sabus, Edu F., Álvaro S., Fer M., Fer D., Miguel B., Nacho M., Luis W., Mario M., Miguel de W., Joaquín F., Carlos T., Saso, Gabi de R., Jaime A., Ignacio A., Jorge R., Jorge O., Ignacio B., Gonzalo D., Josemaría S., Marcos P., Dani M., y Miguel C. Y  por supuesto, D. Mariano. Equipazo.

Llegamos a Córdoba a una hora prudente. En el Club Trassierra nos acogieron estupendamente. Cenamos, y dormimos en el tami, con sus ruidos de gatos, fiestas de vecinos, ronquidos, y algún que otro efecto especial de los sonámbulos del grupo…

A la mañana siguiente, tras asistir a Misa en el club cordobés y desayunar, partimos hacia Sevilla. Aparcamos la procesión de furgonetas en el Colegio Mayor Guadaira, y emprendimos un recorrido por la Sevilla más fotogénica mientras iban subiendo los grados de los termómetros de la capital andaluza: Parque de María Luisa, Plaza de España, Jardines de Murillo, Barrio de Santa Cruz, Giralda, Catedral, Capilla de la Virgen de los Reyes, Ayuntamiento, calle Sierpes, y en la Plaza de la Magdalena paramos a repostar colonizando un Burguer King. Los padres de D. Mariano nos invitaron a comer allí por todo lo alto. 

Después, con la fresca sevillana a 41 grados -hay testimonio gráfico- seguimos el tour del visitante: Puente de Triana, Maestranza, Torre del Oro… La idea era llegar preparados para disfrutar de una tarde de piscina y sol en el Colegio Mayor Guadaira. Así fue muy fácil preparase para ponerse la chaqueta y la corbata y asistir en primera fila a la Primera Misa de D. Mariano.

A las 20 horas ya no cabía un alma en la Parroquia de Nuestra Señora del Mar. Media Sevilla estaba presente en esta Misa solemne y cantada por un coro solemne. Los del Jara quisimos estar presentes muy cerca del presbiterio, y Luis W. y Saso fueron los acólitos de lujo. Sudamos. Bastante. Pero durante toda la Misa rezamos por el nuevo sacerdote y por los frutos de esta ceremonia especial.

La noche del sábado dormimos en el Club Tarfía. Y dormimos con ganas. El domingo disfrutamos de más piscina en Guadaira, y después nos fuimos a comer a casa de los padres de Álvaro, que nos invitaron a todos a una mañana-tarde de tapeo. Pocas madres llevan tan bien dar de comer a 26 personas así por las buenas.

Hemos vuelto de Sevilla pletóricos. Se nota en el ambiente. Allí, además de una ciudad maravillosa que algunos no conocían, hemos redescubierto en qué consiste el arte de la hospitalidad. Con andaluces así de acogedores, todo da gusto: incluso hacer casi mil kilómetros en dos días… Ahora todos estamos deseando volver…

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