A las 12h empezó el partido que acabaría con un empate con sabor a derrota. Lo luchamos hasta el final, pero la mala suerte y la mala actuación arbitral hicieron que los goles no apareciesen. El frío congeló alguna que otra neurona del árbitro. A la una y media estábamos en el Jara cargando la furgo de bicis para marcharnos al parque JC I. Había alguna bici que merece la pena mencionar, como la de Iñigo, auténtica de malabarismos, o la de David que al final del día averiguó que los cambios de la bici no son como los del coche (cuanto mayor es la marcha más rápido) sino que tienen su aquel.
A las 14h pregunta Andrés: -¿Estamos todos?- ¡¡¡¡¡Noooo!!!!  Falta Nacho Infante. Menos mal que traía una bici para Javier que sino….
Llegamos y buscamos un lugar para comer. Los previsores, como Ignacio Blazquez e Íñigo Arvilla se pusieron sus guantes y el resto a chupar frío. Después de la comida y de las galletas “Príncipe” nos fuimos a dar una vuelta porque parados no se podía estar mucho tiempo. Íñigo y David cometieron el error de seguir a Pablo y se perdieron. Estuvieron media hora dando vueltas hasta acabar exhaustos. Pablo pensaría que el JC I es como los parques de Palencia: dos árboles y un columpio.
Una vez reunidos “descansamos” un rato en las cuerdas. Volvimos a salir hacia la pista de patinaje y otra vez se perdió Pablo; no se le puede dejar solo. Esta vez las víctimas de su mala orientación fueron Ignacio y Juan Torres que aprovecharon para montar en la tirolina.
Cuando nos reunimos otra vez jugamos un polis&cacos. Pablo, creyendo que seguía un atajo, se volvió a perder con David Cantón. Por otro lado, Íñigo y Juan acorralaron a Javier y a Andrés pero los polis no consiguieron gran cosa porque Íñigo salió volando cuando se abalanzó contra Andrés. Ignacio también protagonizó una escapada de película pero no tuvo tanta suerte y acabó siendo apresado.
A las 18h30 pregunta Andrés, antes de marcharnos: ¿Estamos todos? ¡¡¡¡Nooooo!!!!!!! Falta Nacho Infante.  Se había escondido tan bien que nos costó encontrarle un buen rato. Al final, merienda en el furgo a cargo de Javier que nos deleitó con sus galletas “Príncipe.
Así es como se lo pasan los de quinto, el nivel de moda, un sábado por la tarde.
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