Primer año de Mazarete y no ha defraudado para nada. Mucho se esperaba del “nuevo” campamento y mucho nos dio. El listón estaba muy pero que muy alto, pero Mazarete dio la talla. Como siempre la diversión fue la reina del campamento. La sonrisa de todos demuestra que una vez más un campamento es lo mejor que se puede hacer en verano, y más si es con el Jara.

Los campos de deporte, mejores imposible, hicieron que la competición deportiva fuese muy reñida. Desde un partido de fútbol que a casi todos gusta, hasta un partido de waterpolo en aguas polares, pasando por volleyball en las playas del Caribe y terminando con el kickball en la explanada, hicieron que los deportes fuesen esperados con gran ilusión.

Ahora bien, como siempre lo más esperado son los juegos de tarde y de noche. Sin perder la esencia de los mismos, adaptamos cada uno de ellos al nuevo escenario. Los que más gustaron fueron el comandos, cuba libre, dragones y mazmorras y por supuesto los Swat. Este año tenía un aliciente y era la marcha de Galis hacia tierras castellanas. Como decían las casas de apuestas, Galis comandó a los swat en su último juego del campamento.

Cabe destacar dos actividades nuevas de este año: una las bicis, la otra el parque de tirolinas. Cada día, una tribu cogía las bicis y se hacía una señora excursión por unos parajes que muchos envidiarían. El último día pudimos disfrutar del parque de tirolinas que había en el mismo campamento. No todos se atrevieron a subir, y es que la altura merecía su respeto, pero los que subieron pasaron por las cuerdas como patos en el agua. Ni el mismísimo tarzán lo hubiese hecho mejor.

En fin, un año más el campamento ha sido todo un éxito y ya son muchos los que están esperando que pase el curso rápido para volver. Y es que Mazarete mola, y más si es con el Jara.