Después de un Triduo de Navidad llega el broche de oro. La Misa del Gallo. 24.00 horas del 24 de diciembre. Típica hora a la que nunca te has pasado por el Club. Abrigos. Familias. Oratorio a tope. Pantalla fuera para los más rezagados. Coro. Los residentes del Jara cantan por Navidad.
El show de Nochebuena es una de las citas más esperadas del año para muchas familias, para las que pasar la Nochebuena en el Jara es más que una simple tradición. Se abre el salón de actos, y se llena. Algunos rellenan los pasillos también a pie de sí mismos. Se abre el telón, y aparece un elenco de 10 numeritos -cada uno de su padre y de su madre- preparados con tolka (abreviatura aceptada por la DRAE de «todo el cariño del mundo»).
Tres monólogos de calidad fina (Pepo, Nacho M -sí, el de las naranjas- y Jesús de la Fuente y sus historias del pueblo); villancicos made in Hernández Armijo’s House; el villancico tradicional de los residentes del Jara bajo la batuta de Miguel Ángel (Galis se llama Miguel Ángel. No le bautizaron como Galis, Y tampoco es Gálix. Por si hay alguien que se agobia al llamar al Jara y preguntar por un nombre tan curioso…); Andrés y Álvaro estuvieron graciosos, y después, con Ramón, siguieron estirando el chicle del humor… Lo de Edu y Álvaro Hdez. Armijo pasará a los anales de los números incalificables… Achilipú. Y Ángel y su bata. De cola. Y los hermanos Vicens y su canción de Navidad… Jesús Poveda. Entre acto y acto. Y el gran número de Miguel Ángel -alias Galis- y su cuento kafkiano de estos Christmas Days.
Y nos dieron más allá de las tres. Pero las familias se fueron contentas. Una Nochebuena con Misa, turrones y risas es un pleno al 15. Dime que no…
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