En un lugar de la Mancha… Por la Mancha trascurrió nuestro puente de mayo. El objetivo era Ciudad Real. Tal vez un nombre poco glamuroso pero que consiguió sorprendernos. El equipo de doce chicos y dos preceptores (agradecimiento muy especial a Alfonso A. por acompañarnos) estuvo muy equilibrado. Pablo P, Santi P hicieron a las mil maravillas de guías de la excursión.

La primera parada fue Almagro. Con su estupenda plaza mayor y sus berenjenas nos situamos desde el primer momento en las tierras de Alonso Quijano. Después de reponer fuerzas en el viaje y de un intento de visita frustrado al Corral de Comedias nos dirigimos a Ciudad Real. Los del club Alarcos nos cedieron las instalaciones del club. Allí jugamos una maratón de fútbol cuatro en sus sótanos Alfonso R., Jacobo H., Jaime Y. y Pablo S. destacaron por sus habilidades futbolísticas en espacios cerrados. Cuando ya estábamos rendidos nos fuimos a conocer la ciudad y sus lugareños. Carlos P., Josemaría G. y Guille M. hicieron de dignos porteadores de una suculenta cena.

Al día siguiente sábado tuvimos el plato fuerte. Montamos en canoa por las Tablas de Daimiel. Pedro H. Rafa C. y Javier A. destacaron por su manejo de las palas. Si no que se lo digan a Jaime Y que consiguió hacer un salto acrobático desde su canoa. Las fotos hablan por sí solas. Lo único que no se aprecia es el bronceado tan veraniego que atrapamos.

Por la tarde después de visitar el parque nacional nos acercamos a Manzanares a jugar al fútbol sala y ver el Madrid-Sevilla. Día redondo.

El domingo volvimos para Madrid con la satisfacción de haber experimentado el sabor de aquellas tierras castellanas. Tendremos que volver.