Un bus y tropecientas furgonetas partieron del Jara a las 11h30 en busca de mucha diversión y grandes aventuras. No cabe duda de que las encontramos y de ello dan fe los 90 chavales de cinco clubes diferentes que allí pasaron parte de la Semana Santa.

El deporte cubrió las mañanas enteras. Los de sexto, cuyo nombre de tribu me ahorro explicar (torrijos), lo ganaban todo gracias a las dosis de motivación de Pablo Poole. Incluso Gabriel y Jose María tuvieron oportunidad de meter algún gol.

En el basket Joaquín demostró que basta saber jugar un poquito y sacar una cabeza al resto para encestar 30 puntos sin despeinarse. Los de quinto por su parte fueron más generosos y se conformaron con ganar todo en hockey. Ignacio Blazquez y Nacho Infante demostraron que, al menos durante los partidos, forman una pareja de oro. Mencionaremos a David que fue el portero menos goleador con diferencia. ¿Quizá tenga algo que ver su altura?

Después de comer acudíamos corriendo al concurso cultural para el cual se exigía concentración y ser un pelota con Salomón, el jefe del campamento. Ahí aprendimos que el hierro ebulle a 1500 grados y que un cisne muere a los 100 años.

Entre juegos de tarde y de noche agotamos todas las capacidades que tiene un niño de pasarselo bien en el campo sin ningun aparato, electrónico o no. Los de quinto a las órdenes de Javier Ortiz consiguieron reunir lo necesario para fabricar una bomba, un pasaporte alemán y un poco de Goma2; por la noche y rodeados de soldados nazis, en menos de media hora. Los de sexto tardaron más; dicen que fue porque Pablo Torquemada y Jaime Maqueda tuvieron miedo. Se notó el cross de Aldovea porque solo Santi Bernedo y Juan Torquemada fueron capaces de resistir la dura prueba para entrar en el comando Swat. Este año fue una martón de más de dos km bajo el Diluvio Universal. ¡¡Todos corriendo a la ducha caliente, que como os pongáis malos…..!! La lluvia se encargó de pornele un plus de emoción a la búsqueda del tesoro que Pablo Buenaventura y Martín encontraron aunque después se lo robaron.

En el tiempo libre Miguel Ángel Galindo organizó un pequeño equipo de construcción de presas y cabañas donde Gonzalo y Santiago Valenzuela pudieron agotar toda la energía acumulada a base de mover troncos y piedras. Antonio con alguno mas se encargó de vaciar el rio de ranas y sapos.

Seguro que los que habéis estado en el campamento diréis: «si no has mencionado ni esto ni aquello «. Lo sé. Pero es que para eso estáis vosotros, para que lo contéis en casa, a vuestros amigo y conocidos e incluso que subáis comentarios a la web, y así la gente descubre que uno solamente se lo pasa en grande con gente maja y es en el Jara donde abunda la gente maja.

{phocagallery view=category|categoryid=52|limitstart=0|limitcount=0}